100KM/24H (PUNTO Y FINAL)

No ha podido ser. Se ha intentado pero, tras once horas y veinte minutos, tras cincuenta y tres kilómetros, y tras litros y litros de agua, zumos y glucosa, los pies y piernas no respondían.

Empezamos perfectamente marcando un rito de aproximadamente cinco kilómetros por hora. Salida de Colmenar dirección Manzanares. Juan, Cristina, Nacho y un servidor, con la ilusión de lo que quedaba por delante. Cuando llevábamos recorridos aproximadamente diez Kilómetros, primer golpe moral, LOS PRIMEROS YA VOLVIAN CORRIENDO!!, si, efectivamente, los primeros dorsales habían llegado a Manzanares y estaban de vuelta, ellos dormirían en casita seguro. Llegada a Manzanares y primera parada, recarga de energías con fruta, algo de jamón cocido y por supuesto mas agua(el estomago sonaba como una cama de agua). En este tramo nos encontramos con una agradable sorpresa. Ánimos y vitores nos recibían por parte de un fotógrafo con dos muletas(mas tarde os explicare quien es).

Arrancada hacia Colmenar y el cansancio de cuando en cuando empezaba a hacer mella. Quizá la parada para la comida fue excesiva. A estas alturas Juan había cogido ventaja y nos sacaba aproximadamente media hora, no importaba, seguramente él lo conseguiría(también esto, os lo contare mas tarde). Otra vez los ánimos de nuestro amigo nos recibieron de camino, otra pequeña inyección de moral. Eran ya las siete de la tarde cuando alcanzamos Colmenar Viejo. Masaje en los pies recuperación energética y vuelta a las andadas (nunca mejor dicho). Siguiente objetivo Tres Cantos (K.M. 53).

Cuando comenzamos a caminar lo que más nos sorprendió es que si hasta entonces el pasar a la gente o que te pasasen era una constante, no se dejaba de ver a caminantes, a partir de este punto, llegaba la desolación. Caminando acompañado, muchas veces te encuentras en soledad contigo mismo, te da para pensar, para echar de menos a tu gente, sé que no es una salida de un mes, tan siquiera de una semana, pero allí, “solitariamente acompañado”, recapacitas y justo cuando los pies te están pidiendo que pares, que ya esta bien, que aun los necesito para unos pocos años, es cuando recibes esa llamada, de un amigo, de un familiar, de tu mujer, que te anima para dar ese pasito de más.

Caía la noche, cuando nos encontramos de nuevo, junto a la pared del Pardo, a nuestro amigo fotógrafo, animando claro esta, y un poquito cansado (también él llevaba lo suyo), ahí ya si, ahí hablamos con él, seguía a su novia a lo largo de la marcha, para obligarla a no sentirse sola, seguramente para que ella misma hiciese el esfuerzo de llegar hasta el. http://porlasparedes.blogspot.com/ es su pequeño mundo, y ahí, podréis encontrar algunas fotos. Ellos, los dos, se retiraron en Tres Cantos, al igual que nosotros.

La llegada al polideportivo y el recibimiento de nuestras mujeres, fue decisivo. O bocata de jamón y queso y camita, o seguir adelante, alto totalmente prohibido por nuestros maltrechos pies. La decisión fue fácil y cobarde a la vez. Abandono.

Por un lado te queda la espinita de no haber completado, cosa que si hizo Juan que llego a las ocho de la mañana, por otro, te queda el haber conseguido el objetivo primario, Tres Cantos, seguir posiblemente hubiese sido una insensatez.

Gracias a la organización y al patrocinio claro esta, gracias a familiares y amigos, gracias a Juan a Cristina a “Nachete”, gracias a http://porlasparedes.blogspot.com/ por esos ánimos, pero gracias también a todos los que habéis terminado y a todos los que os habéis quedado en el camino intentándolo, gracias también a vosotros que me leéis y habéis puesto mensajes de apoyo, en unos días, me pongo al día. PROMETIDO.

Gracias a mis Gronditas, por vuestro apoyo y por vuestros abrazos y besos a la hora de la retirada (y por el bocata de jamón también, claro esta)

El domingo veintidós tenemos otra de treinta kilómetros, esa la empezaremos y la acabaremos. SEGURO.

0 comentarios: